El crecimiento auto dirigido es un recurso imprescindible para tomar el control de las propias circunstancias de vida. Incluso cuando el entorno no es el más favorable para ello, es importante recordar que leer impulsa el desarrollo personal. Ya que la lectura y los libros suelen marcar una diferencia.
Los nuevos desarrollos tecnológicos ofrecen un soporte singular para aprender a saltar las distracciones y el ruido constante de esta modernidad.
Es un hecho que los procesos de construir identidad, capacidades cognitivas y trazarse metas se aprenden desde la niñez. También están marcados por el significado que se atribuye a las primeras historias conocidas. Generalmente relatos familiares o escuchados en el entorno cercano. No siempre positivos, y no siempre optativos. Pero eso cambia cuando la elección individual se va asumiendo como práctica. Y más aún, si se va incorporando la experiencia de interactuar con la literatura.
Indudablemente los viajes que se hacen con los libros ofrecen conocimiento y entretenimiento. Y más que eso, tienen un papel importante en la configuración de las ambiciones y aspiraciones de todas las personas.
Tal y como han establecido la neurociencia y los estudios sobre las múltiples inteligencias, todas las cualidades, capacidades y habilidades humanas son cultivables. Y allí es donde entra el imperativo de que leer impulsa el desarrollo personal. Porque se establece un estrecho vínculo entre leer y labrar un camino de vida significativo.
Hoy, cuando se tiene acceso a tantos contenidos, se hace imprescindible elegir los que puedan dejar huella positiva. Porque la superficialidad y la intrascendencia ya ocupan mucho espacio en la vida de las personas. Y los valores positivos no se nutren de ellas, al contrario se ven amenazados. De allí la necesidad de usar una brújula que oriente hacia entretenimiento que ayude a inculcar empatía, tolerancia, respeto, diversidad y solidaridad, por ejemplo.
Quienes contaban cuentos e historias eran las fuentes confiables de las sociedades antiguas para encontrar esos recursos. Ahora no es tan fácil, aunque hay toda oferta de formatos para narrar y contar historias, incluidos los audiolibros. La música es uno de esos recursos tan abundantes hoy. Pero como en todos los formatos, el desafío es elegir las opciones más nutritivas. Porque con lo que digiere la mente pasa igual que con la alimentación. Hay mucha oferta de comida y muy pocas de verdaderos alimentos.
¿Entonces, qué leer para impulsar el desarrollo?
Hay que apreciar especialmente, aquellos en cuya elaboración fueron determinantes procesos de profunda reflexión. Esos pueden convertirse en las mejores guías para transitar los caminos del desarrollo personal. Con ellos, la literatura se convierte en una herramienta poderosa para el autodescubrimiento y crecimiento. Su tratamiento de emociones, personajes, intenciones, elecciones, y acciones plasman situaciones humanas reales. Por lo que es fácil encontrar sus reflejos entre las relaciones personales de quien las descubre primero en la literatura.
Ese es el poder transformador de los libros, al recorrerlos se encuentran visiones más amplias de las que se tenían al abrirlos. De manera que se convierten en consejeros y motivadores para inspirar, en quienes leen, nuevas maneras de ver e interpretar el mundo. Son pues instrumentos empoderadores para construir una sociedad más compasiva y consciente.
Leer no se trata sólo de sumergirse en una buena historia cuando entiendes que leer impulsa tu desarrollo personal. Cuando estas profundizan en las vidas de los personajes y sus elecciones, los lectores pueden reflexionar sobre sus propios valores y creencias. Porque centrar la atención en otros (aunque sean personajes creados), ayuda a comprender sus perspectivas. Y esa es una forma efectiva de aprender a establecer conexiones más profunda con personas reales. De hecho, la empatía permite girar en mayor armonía con el mundo y la lectura juega un papel clave en el fomento de este rasgo esencial.
La capacidad para aprender permanentemente y desarrollar diferentes aptitudes frente a un contexto de vida particular, es algo para lo que los libros también sirven. Así como leer es una habilidad que se aprende, la lectura con compromiso y propósito abre todas las puertas que se quiera atravesar.
Casi todos los libros tienen la facultad de acercar a una persona a formas más inteligentes de gestionar sus emociones. Así como también a afrontar los desafíos de la vida con mayor preparación y comprensión. En eso, los clásicos siguen siendo un recurso invaluable. Aunque hay muchos autores modernos con esta mismo rasgo. Vale aclarar que no siempre son los más vendidos.
Con lecturas bien elegidas se puede desmontar el mito de: así eres, porque así naciste. Cualquiera puede aprender sobre cualquier cosa. Y muchos libros, en cualquier formato, son magníficos instrumentos para acompañar esos procesos. Pero hay que recalcar que incluso más importante que leer mucho, es leer contenidos significativos. Sobre todo si se lee para tu desarrollo personal. La selectividad como la selección natural incide en el desarrollo de mejores aptitudes.
Si no se tiene el hábito, siempre queda la alternativa de que lean para ti.