La lectura estimula habilidades esenciales para impulsar la productividad personal. Es decir, para organizarse y gestionar eficazmente los recursos en función de alcanzar un objetivo.
Leer de manera constante y alternando entre temas mejora la capacidad de concentración, comprensión y análisis. Estos son recursos que aportan información variada con la que es más sencillo ser eficaz al tomar decisiones de manera oportuna. La lectura crítica y activa permite considerar nuevas perspectivas e identificar tendencias emergentes.
Centrada en un área específica, la lectura ofrece nuevos conocimientos y datos para destacar y avanzar profesionalmente. También ayuda a actualizarse sobre avances tecnológicos o cambios y regulaciones en determinados entornos.
En un contexto amplio, la lectura es imprescindible para ejercer un liderazgo eficaz. No en vano, las personas que leen tienden a ser más motivadas, innovadoras y exitosas en sus carreras. Esto es debido a su disposición para aprender continuamente. Por si fuera poco, la lectura frecuente también contribuye a desarrollar la concentración. Leer con asiduidad permite al cerebro acostumbrarse a procesar información de manera más eficiente. Lo que facilita el enfoque en cualquier tarea.
La lectura estimula la rapidez mental, y la capacidad para enfocarse en cada tarea. Incluso aquellas que se hacen por tiempo prolongado. Porque al exponerlo a una gran variedad de palabras y conceptos, el cerebro se vuelve más ágil en el procesamiento de la información.
Los nuevos contenidos y significados aportados por la literatura proveen a la mente con recursos para la abstracción. Esta habilidad cognitiva fundamental permite comprender conceptos complejos y resolver problemas de manera más eficiente. La abstracción facilita el análisis de situaciones, separando la información relevante de la que no lo es. Esto permite al cerebro identificar patrones y relaciones entre diferentes conceptos, más rápidamente. Lo cual es una destreza fundamental en un mundo tan cambiante y que exige mucha productividad personal. Ya que esto implica establecer prioridades, planificar con anticipación y mantener un enfoque claro en las tareas que realmente importan.
Así es como influye la lectura en la productividad personal y en la capacidad para alcanzar una comprensión de la compleja realidad más profunda.
Incluso, a partir de un conocimiento particular, la lectura propicia la adaptación de información y la generalización para aplicarla a diferentes contextos. Lo cual es una forma de ampliar los horizontes intelectuales y desarrollar un pensamiento más creativo y flexible. Lo que equivale a adoptar una mentalidad proactiva y enfocada en la eficiencia con el hábito de la lectura como hilo conductor que maximiza el potencial.
Como colofón, la lectura frecuente, al mismo tiempo que entretiene, permite drenar el estrés y la ansiedad que frecuentemente están asociados con el trabajo. Ya que una historia bien contada traslada al espectador directamente al ambiente narrado, sumergiéndolo en esa otra realidad. Y aunque este cambio de entorno no ocurra en el plano físico, le permite experimentar una alteración de su rutina. Constituyendo una ruptura que brinda sensaciones de bienestar. En algunas ocasiones de calma, pero siempre una desconexión momentánea de las sobrecargas de la vida. No llega a ser propiamente una evasión, pero si ofrece una pausa saludable para tomar nuevos aires.
Estas son varias razones para incorporar, regularmente entre los ritos diarios, espacios para la lectura. Un camino seguro para mejorar la capacidad de atención y desarrollar destrezas mentales que saquen el máximo potencial de cada quien. Tal como queda señalado, la lectura no sólo influye en la productividad personal, sino que contribuye, significativamente, a alcanzar las metas laborales. Incluso la motivación para el logro de objetivos, o el plan de vida se ven beneficiados por las capacidades que la lectura frecuente desarrolla.
Los lectores automatizados y los audiolibros son recursos a los que se puede apelar cuando el tiempo disponible es un factor determinante. Hay más de una forma de entrar en contacto con todos los beneficios que aporta la literatura.